Cuando me miran desde lejos, aparte de ascender por la colina con la lengua afuera, ya se van preguntando, ¿qué más podemos ver en este pueblo? Y yo, encantado les respondo:
Lo primero el Castillo de Luque. Que conocido también como Hish Lukk, es una fortaleza hispanomusulmana construida en el siglo IX en la cima del Cerro del Castillo, albergando dos torres unidas por la muralla. Que, por cierto, en excavaciones realizadas en el interior del castillo, han encontrado restos arqueológicos del siglo IV a.C.
La Cueva de la Encantada, con 40 metros de profundidad, muestra diferentes escenas de pinturas del neolítico y calcolítico.
El Museo Municipal Luque Tierra de Frontera, dispone de seis salas, dedicadas a: la Prehistoria, Frontera Antigua, Frontera Medieval, la Guerra Civil, a Artistas Locales, y a exposiciones temporales.
Los Búnkeres del Alamillo, situados junto a la Vía Verde del Aceite, nos recuerdan la lamentable Guerra Civil Española.
En lo que respecta a fiestas:
En la Romería de San Jorge del 23 y 24 de abril, es tradicional reunirse en la ermita para hacer una comida de hermanamiento entre los vecinos.
La Feria de San Bartolomé del 23 al 28 de agosto, tiene su origen en el siglo XVIII, y ello con carácter comercial y mercantil. Si bien ahora, ha quedado solo con carácter lúdico y festivo.
La Feria del Olivar suele ser a mediados de octubre, y muestra las últimas novedades en maquinaria agrícola, productos agroalimentarios, cosméticos o artesanos del olivo.
